El casco antiguo es un lugar donde el tiempo fluye de forma diferente. Las calles de piedra susurran viejas leyendas, y cada rincón esconde su secreto. Entre estos rincones históricos, en una calle tranquila y encantadora, Krzywe Kole se encuentra un edificio histórico que fue reconstruido en 1953, como surgió un fénix de las cenizas de la guerra para deleitarse de nuevo. Hoy en día, este lugar encanta con su aura calma y extraordinaria, que no encontrará en ningún otro lugar. Es aquí, en el tercer piso con una fabulosa vista desde la parte superior de la escalera mecánica, que hay un apartamento íntimo que, como una historia, es único, lleno de magia y luz.