Pop art significa literalmente «arte popular». En el diseño de interiores, el «pop art» es una explosión de color, cuadros de pintores contemporáneos, estructuras llamativas, combinaciones atípicas y una falta absoluta de complejos. 

El estilo pop art nació en los años 60 del siglo XX. Su representante más destacado fue el pintor norteamericano Andy Warhol. Fue precisamente él quien creó auténticas obras de arte a partir de latas de sopa, folletos de publicidad y cientos de copias de la imagen de Marilyn Monroe. 

Hoy día el pop art consiste en el uso de carteles publicitarios en la decoración de interiores, así como pósteres llamativos, colores de neón y mumchas otras cosas. La condición principal es que se conviertan objetos de producción en masa en obras de arte.
El pop art en su vertiente de decoración de interiores se rige por varias normas:

  • La primera: que haya cuadros en la pared. Podemos colgar el retrato de nuestro querido perro en colores fosforescentes, la fotografía de un político famoso editada de forma hipercontemporánea o la efigie de un músico con luces de neón.
  • La segunda: utilizar esculturas atípicas. Grandes vacas moradas (como las del anuncio de la afamada marca de chocolate), héroes de famosas películas inmortalizados en plástico, logotipos de marcas mundialmente conocidas... Cualquier cosa se puede convertir en el detalle más vistoso de un apartamento o una casa cuyo dueño se ha decidido a ser creativo con la decoración. 
  • La tercera: una pared con acentos artísticos para la creación: héroes de cómics del siglo pasado, un cuadro hecho de envolturas de nuestro chicle favorito, marcas de automóviles... Se puede poner todo lo que se quiera. Lo importante es que las imágenes sean cien por cien reconocibles. 
  • La cuarta: que las telas sean de colores brillantes. Para un interior al estilo pop art son completamente normales los patrones más alocados en las sábanas, estores tras los que se nos vayan los ojos y las almohadas fosforescentes. 
  • La quinta: que los muebles sean coloridos. Un sofá amarillo sillón en un interior ya es un intento de acercarse al pop art. Si añadimos unos pufs de colores fosforito, unas sillas atípicas de diseño y unos enormes sillones rosas, el mobiliario dará carácter incluso al espacio más aburrido. 

Los elementos del estilo pop art se pueden encontrar tanto en apartamentos privados como en interiores de oficina. Sin embargo, el pop art en las oficinas suele limitarse a unas cuantas esculturas o cuadros llamativos. El pop art en estado puro es un fenómeno bastante poco frecuente.