Esta casa parece haber borrado los límites entre el interior y la naturaleza. Su corazón era una amplia terraza, inundada con luz a través del acristalamiento panorámico. Y justo aquí, junto al sofá mismo, a través de la abertura especialmente izquierda en el techo y el suelo, un árbol vivo se extiende al cielo - un elegante abedul.
Su tronco se convierte en una escultura viva alrededor de la cual se construye todo el interior. En verano, su follaje crea una sombra abierta, jugando con conejitos solares en el suelo, y en invierno, ramas desnudas que descansan sobre el cristal se asemejan a un patrón gráfico elegante contra el fondo de un cielo sombrío.
El susurro de hojas bajo una ligera brisa y el aroma suave de la vegetación es una constante, cambiando dependiendo de la época del año, la melodía de esta casa. Aquí bebes café matutino, mirando como un rayo de luz cuida la corteza, y te das cuenta de que no sólo vives en las paredes, sino en un espacio viviente y respiratorio.
La casa debe ser considerada cuidadosamente, intentando en ti mismo. Mi forma de vida.
Ver sus mayores virtudes.
Y esto...